SITUACION FINANCIERA MEXICANA FS
Hoy que vivimos en un clima de verdadera democracia y paulatino cambio, considero que es una obligación de todo ciudadano, aún sin ser especialista, estar medianamente enterado y conciente de la historia económica de nuestra Patria. Conociendo más de nuestros éxitos y nuestros fracasos en este aspecto, estaremos más preparados a la hora de emitir nuestro voto y no permitir que futuros gobiernos de corte populista, cometan los graves errores que nos hicieron retroceder injustamente en el pasado.
viernes, 5 de agosto de 2011
LA ECONOMIA MEXICANA EN EL PRIMER SEXENIO
Situación económica de México en el panorama internaciona
País joven, México registra una rápida evolución a lo largo de su historia. Las luchas por la independencia política (1810), la consolidación de la República (al inicio de a segunda mitad del siglo XIX) y la emancipación social (1910) resumen las aspiraciones políticas, económicas y sociales del pueblo mexicano.Al triunfo de la Revolución mexicana, primer movimiento social del siglo XX, la nación se fija nuevos objetivos que al tiempo que consolidan los anhelos democráticos de la sociedad favorecen el logro de mejores niveles de vida y de trabajo para toda la población.
Durante las décadas de los años veinte y los treinta, concluida la lucha armada, México inicia la creación de un marco jurídico e institucional que habría de dar cauce al desarrollo nacional en un clima de progreso y estabilidad social que alcanzó más de cuatro decenios.
En este tiempo México pasó de una población de 20 a 75 millones y mantuvo una tasa de crecimiento de la economía superior al 6% anual en promedio. Hoy es la undécima nación del mundo por su población, su capacidad productiva ocupa el noveno lugar mundial (excluyendo a los países socialistas europeos), sus recursos naturales son abundantes y diversificados, cuenta con la cuarta reserva mundial de hidrocarburos y es uno de los principales productores de metales ferrosos y no ferrosos, tiene una agricultura diversificada y su industria es mayor que la de algunos países europeos como Suecia, Bélgica, Dinamarca y Noruega, o de países en desarrollo como Corea del Sur e India; además, la extensa y moderna infraestructura de transportes, servicios turísticos y comerciales compite con las mejores del mundo.
En el aspecto social, el progreso alcanzado en el área de salud pública, llevó a que se tuviera uno de los mayores crecimientos demográficos del mundo. Sin embargo, mediante la promoción de la planificación familiar se logró reducir la tasa anual de aumento poblacional de un promedio del 3,2% anual durante la década 1970-1980 a un 2,4% para 1984. A pesar de ese incremento demográfico en el decenio pasado, el número de personas con acceso a la educación superior y capacitación se triplicó, más del 70% de las viviendas cuenta con servicios de agua y energía eléctrica, se ha reducido el índice de analfabetismo del 26% al 17% y se ha garantizado el acceso de todos los niños a la educación primaria.
Es preciso recordar, sin embargo, que todo proceso social es dialéctico en la medida que resuelve problemas y genera otros nuevos. Así, hoy se padece una gran concentración económica -regional, sectorial y del ingreso-, todavía persisten desigualdades sociales extremas y se ha tenido que sufrir una crisis económica derivada de problemas estructurales y coyunturales internos y externos. Las desfavorables condiciones de la economía mundial, que se agudizaron hace casi cuatro años, se vinieron gestando desde principios de, la década pasada, como consecuencia de un sistema económico que ya no responde a los intereses y expectativas del desarrollo de todos los países del orbe. Al empezar a disminuir las tasas de crecimiento y acentuarse la inflación y el desempleo, el comercio y el sistema financiero se distorsionaron y se evidenciaron inestabilidad política y tensiones sociales en muchos países. Surgieron medidas proteccionistas, guerras de precios y mercados, así como alzas en las tasas de interés, entre otros fenómenos, que perjudicaron mayormente a los países en desarrollo.
Estructura débil
México no escapó a esa situación. A mediados de 1981 vio reducir drásticamente la demanda y cotización internacional de los hidrocarburos, así como de las principales materias primas de exportación, en tanto se complicaba el problema de la deuda externa a corto plazo. La economía mexicana no tenía la estructura necesaria para resistir los impactos externos. El fuerte énfasis dado al crecimiento industrial interno no fue acompañado por una modernización de la intermediación comercial ni por aumentos en la productividad agrícola. El financiamiento interno fue insuficiente para enfrentar los requerimientos del país, tanto del sector privado como aquellos que se reflejaban en incrementos del gasto e inversiones públicas. Un tipo de cambio sobrevaluado inhibió la integración y competitividad industrial y generó altos incentivos para la exportación de capitales y las compras en el exterior. Por algún tiempo los altos precios del petróleo y las facilidades para conseguir financiamiento externo permitieron sobrellevar esos problemas, pero cuando cayeron las cotizaciones de los hidrocarburos las expectativas cambiaron, los desequilibrios internos se hicieron más patentes y comenzó una serie de reacciones que acentuaron la crisis.
Economía muy deteriorada
Para finales de 1982 la base económica estaba muy deteriorada, el desempleo se había incrementado, la producción en muchos sectores estaba detenida o en tranco descenso, se experimentaba un proceso acelerado de incremento de precios que de no frenarse desembocaría en hiperinflación, el ingreso nacional se había contraído y no se captaba el ahorro de los mexicanos, el sector público registraba un déficit desmedido, la deuda externa había crecido desproporcionadamente, los ingresos petroleros se habían estancado y se daba una aguda escasez de divísas. Ésa era a grandes rasgos la situación nacional e internacional que enmarcó el inicio de la Administración del presidente De la Madrid (1 de diciembre de 1982). Por ello el Gobierno diseñó una estrategia para manejar al mismo tiempo los problemas inmediatos y los que habrían de permitir sentar las bases de un desarrollo más firme, justo y equitativo en el mediano y largo plazos.
En su discurso de toma de posesión como presidente de la República, Miguel de la Madrid propuso a la nación la puesta en marcha de un programa inmediato de reordenación económica para combatir la inflación, la inestabilidad cambiaría y la escasez de divisas, así como proteger el empleo y la planta productiva. En esta misma fecha delineó tres reformas fundamentales que en materia económica llevaría a cabo el Gobierno a fin de crear las condiciones adecuadas para tener acceso al cambio cualitativo que durante la campaña electoral de 1982 la sociedad mexicana le había demandado. La primera se refiere a la conducción estatal del desarrollo; la segunda, a las formas de organización y producción en el campo, en tanto que la última implica un cambio estructural en el proceso de industrialización del país.
La política económica adoptada ha permitido en la actualidad una corrección sustancial de los desequilibrios más graves y ha hecho posible asumir un control cada vez mayor sobre la marcha de la economía, aun cuando hay rezagos que no se han podido superar. El comportamiento y evolución de los indicadores básicos muestran una ligera recuperación en los niveles de la actividad productiva y el empleo, continúa el saneamiento de las finanzas públicas, mejora el sector externo y se restablece el prestigio crediticio del país, la deuda externa se reestructura a plazos más amplios y se reconstituyen las reservas, de divisas.
Lucha contra la inflación
En el combate a la inflación, máxima prioridad de la, estrategia, se ha progresado. Es cierto que no se ha evitado el alza de precios, pero ésta es menor que antes. Muchos de los logros cuantitativos son todavía insatisfactorios, pero no lo son tanto si se los ubican en las circunstancias que prevalecían hace dos años o se los compara en el nivel internacional. Se padecen todavía males económicos y sociales que afectan a muchos mexicanos, existen desequilibrios en los sistemas productivo y distributivo, la insuficiencia del ahorro interno sigue siendo una gran limitante y se acentúan inequidades en la distribución de los beneficios del progreso. Todo ello se ha visto influido por las condiciones internacionales que amenazan la recuperación económica mundial. Las altas tasas reales de interés ejercen gran presión sobre las naciones y empresas endeudadas. El uso de medidas proteccionistas por parte de los países industrializados reduce la entrada de las exportaciones de los países en desarrollo y entorpece, por tanto, sus programas de ajuste interno.
El escaso dinamismo de los flujos financieros limita las posibilidades de crecimiento del aparato productivo de nuestras economías y amplía las dificultades para cumplir con el servicio de la deuda externa. En esas condiciones hay cada día un mayor consenso internacional de que las decisiones unilaterales de países industrializados, que no toman en cuenta las posibilidades reales de saneamiento económico de las naciones en desarrollo, son contraproducentes. Los costes son demasiado altos para ser absorbidos sólo por una de las partes; así, por ejemplo, mayores retrasos en la recuperación de América Latina y Europa llevarían a un estancamiento económico global.
México tiene la convicción, también cada vez más generalizada en el mundo, que para superar la crisis internacional es necesario replantear el esquema actual de las relaciones económicas del orbe, transformándolo en una estructura más cooperativa en la que las políticas económicas nacionales sean consistentes con la necesidad global de aumentar el comercio internacional y reducir las tasas de interés. Así lo ha planteado en los diversos foros internacionales. En particular, México reconoce la dificultad y gravedad de los problemas internos. Frente a las enormes necesidades sociales y las adversas condiciones económicas internas y externas, los valores en torno a los cuales se ha generado y preservado el consenso de los mexicanos nos ayudan a reafirmar las decisiones que se están tomando en este mundo incierto.
La tarea es compleja y está llena de obstáculos, pero los avances logrados en los últimos dos años permiten asegurar que el país retomara su,capacidad de crecimiento y está en mejores posibilidades de enfrentar los retos que se le plantean. Con la certeza de haber escogido el camino correcto, el presente y el futuro exigen perseverar en el esfuerzo, a fin de llevar hasta sus últimas consecuencias las reformas estructurales que el país se ha fijado y favorecer una mejor inserción de México en el concierto mundial de naciones.
es secretario de Hacienda y Crédito Público de México.
DR. MIGUEL LUIS ANAYA MORA Y SU PUNTO DE VISTA
SITUACION ACTUAL ECONOMICA
El economista Joseph Stiglitz (premio Nóbel del 2001), afirma que después de más de una década de la implantación de políticas neoliberales en América Latina se ha demostrado que el modelo fracasó en una de sus tesis principales: generar un mayor crecimiento económico, pero los que sí han resultado beneficiados son, para variar, los más ricos. Los países de esta región, en mayor o menor medida, han adoptado lo que dictan el Fondo Monetario Internacional y Washington, que son -entre otras cositas- la liberalización comercial, la liberalización de los mercados (incluido el de capitales), la privatización y la disciplina fiscal.
El caso más crítico de lo anterior es el que nos ofrece Argentina, que curiosamente es el país que más ha seguido al pie de la letra "las recomendaciones" citadas. El eje prioritario del experimento argentino fue el de la conversión uno a uno con el dólar, pero esta paridad sólo es sostenible si la productividad de la economía argentina crece a la par que la de Estados Unidos y de la del resto de los países desarrollados. Como era de esperarse esto no podía ocurrir y sus exportaciones cayeron estrepitosamente, arrastrando la caída del flujo monetario, lo que ocasionó una parálisis casi total de la economía y aumentando, por si fuera poco, su deuda externa. Asimismo, se incrementaron las ya altas tasas de impuestos, colapsando los ingresos fiscales y ocasionando una fuga de capitales muy importante que se dirigió hacia Brasil y México, principalmente.
Un aspecto clave que hay que resaltar es que Argentina se deshizo de sus empresas públicas y ahora resulta verdaderamente imposible que pueda hacer frente a la crisis, ya que sus ingresos son mucho menores a sus compromisos internos y externos, como es el pago del servicio de la deuda.
La pregunta que ha surgido en los últimos tiempos es si la economía mexicana puede presentar una situación como la que vive Argentina. El Secretario de Hacienda, Gil Díaz, asegura que por falta de una disciplina fiscal y control de la administración fiscal esto puede suceder, pero para que esto sea posible se requiere la coexistencia de muchos factores económicos, como el tipo de cambio, la ausencia de activos públicos y la deuda.
El tipo de cambio en México no es fijo y no está a la par del dólar, por lo que el control de la inflación en nuestro país puede llevarse a cabo precisamente por esta flexibilidad. Todavía nos quedan importantes activos sin privatizar como son los referidos a PEMEX y la electricidad. Respecto a la deuda pública, su monto y distribución aquí es financiable a diferencia del país sureño.
Lo anterior no indica que la situación económica de México esté libre de contagio de la de Argentina o Brasil, ni tampoco que podamos lograr crecimientos sostenidos del producto interno bruto (PIB) o mantener la estabilidad macroeconómica; pero las afirmaciones de Gil Díaz apuntan a que se está presionando para que se lleve a cabo una verdadera reforma fiscal integral, que todos sabemos es necesaria, debido a que nuestro sistema tributario tiene una de las más bajas capacidades recaudatorias del mundo.
Es importante que para disminuir la vulnerabilidad de la economía mexicana debe existir una mejor relación entre los poderes Ejecutivo y Legislativo, incrementándose así, tanto la confianza interna, como externa de los inversionistas y de la población en su conjunto.
Pronósticos económicos
Estoy completamente de acuerdo con otros economistas en que el desarrollo del mercado interno es prioritario para que exista crecimiento en nuestro país, pero lo importante no es lograr sólo que crezca la economía, sino que este crecimiento sea sostenido, y para que esto sea posible se deben llevar a cabo, además, diversas reformas en materia laboral, fiscal y energética. Cabe aclarar que estas reformas no deben tender hacia disminuir las prestaciones laborales, incrementar los impuestos hacia la clase media, ni tampoco privatizar lo único que nos queda.
El Programa Nacional del Financiamiento del Desarrollo (Pronafide 2001-2006) cambia la estrategia para lograr el crecimiento económico basado en las exportaciones y la inversión extranjera por el de la promoción hacia el desarrollo del mercado interno. Aquí se destaca que podríamos ver el prometido 7% del PIB para el 2006, pero sólo si llevamos a cabo las reformas estructurales pendientes.
De acuerdo a expertos en modelos econométricos como son los doctores en economía Manuel Cutiño y Manuel Díaz y a otros especialistas como Consultores Internacionales, nuestro producto interno registró un crecimiento positivo de 2.4% en el segundo trimestre del 2002, iniciándose con esto la recuperación económica de México, que se espera sea observable a fines del tercer trimestre. La industria manufacturera ha iniciado su recuperación, pero no así la industria maquiladora de exportación, mostrando incluso retrocesos en los últimos meses. Se calcula que el PIB para todo el presente año llegue a un crecimiento entre el 1 y el 2 por ciento.
Para el año 2003, México podría llegar a crecer entre un 3 y un 3.7% con una tasa de inflación del 4% y con un tipo de cambio apenas por arriba de $10 por dólar, generando apenas en todo el año menos de 500,000 empleos.
Las cifras para estos dos años nos indican que aunque todo señala que la recesión ha terminado, y que si la población mexicana sigue creciendo a una tasa del 3% anual, requiriéndose de más de un millón de empleos al año, aunado a que existe una gran dependencia comercial con nuestros vecinos norteamericanos, es probable que siga aquí el estancamiento y en mayor medida debido a causas propias que a efectos externos.
Alan Greenspan, presidente de la Reserva Federal, a pesar de todo, y especialmente por la incertidumbre que prevalece, ofreció un pronóstico muy favorable para el desempeño de la economía norteamericana, con un crecimiento que oscila entre el 3.5 por ciento a 3.75 para este año y entre 3.5 y 4 por ciento para el 2003. Este escenario es muy optimista y las semanas siguientes serán cruciales para ver si no se deteriora más el entorno financiero. Para México es esencial que dicho crecimiento se presente, ya que de otra forma hasta los escenarios más conservadores sobre la recuperación de nuestra economía van a ser imposibles de alcanzar.
Es posible que la economía mexicana pueda crecer al 7 por ciento anual a finales del 2006 o tal vez un poco antes, pero lo más importante es que este crecimiento sea sostenible y esto sólo se lograría si se incrementa de forma significativa la productividad, la inversión y los ahorros, tanto internos como externos.
Todos estos pronósticos para México dependerán de la evolución de por lo menos siete factores:
1. Debilidad de los mercados externos
2. Inestabilidad financiera internacional
3. Debilidad en el mercado interno
4. Incertidumbre política (elecciones 2003)
5. Debilidad financiera interna (deuda, fobaproa, fobazúcar)
6. Eventos no previstos (11 de septiembre)
7. Crecimiento de la economía informal
FOX EN MEXICO...
Crecimiento del PIB al 7% anual.
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PERCEPCION DE LOS ACIERTOS DEL GOBIERNO DE VICENTE FOX.
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EFECTOS DE LA CRISIS SALINAS-ZEDILLO
Los Efectos: La crisis de1994 reflejó sus efectos en el año de 1995, acarreando multitud de problemas para la mayoría de los mexicanos y de manera principal a todos los que de alguna forma se habían endeudado previamente. En este sitio se publicó un escrito realizado por quien esto escribe, para alertar y aconsejar a sus hijos y algunos familiares, sobre los efectos por venir de aquella terrible crisis, que para muchos es la peor de todas las que hayamos vivido. Antes de comenzar a reseñar los efectos, es bueno leer con cuidado el artículo "Cada Quien su Crisis" en este mismo sitio y de igual manera recorrer La Ruta de la Crisis de 1995, una cronología de acontecimientos recién concluida, que también se publica aquí. |
En relación con el primer objetivo, durante 1995 se liquidó deuda de corto plazo denominada en moneda extranjera (Tesobonos) por un total cercano a 29,000 millones de dólares (99.1 por ciento del saldo que existía en diciembre de 1994), de los cuales aproximadamente dos terceras partes se amortizaron en dólares. Los recursos con los que se efectuaron estos últimos pagos provinieron del Paquete Financiero por más de 50,000 millones de dólares que la Secretaría de Hacienda y Crédito Público logró formar mediante el apoyo oportuno de organismos financieros internacionales, el gobierno de los Estados Unidos, el Banco de Canadá y el Banco de Pagos Internacionales. De dichopaquete se utilizaron únicamente 27,159 millones de dólaresen 1995, mediante créditos a mediano y largo plazo. |