viernes, 5 de agosto de 2011

LA ECONOMIA MEXICANA EN EL PRIMER SEXENIO

http://ierd.prd.org.mx/CI14/jcsycl1.htm

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Situación económica de México en el panorama internaciona


País joven, México registra una rápida evolución a lo largo de su historia. Las luchas por la independencia política (1810), la consolidación de la República (al inicio de a segunda mitad del siglo XIX) y la emancipación social (1910) resumen las aspiraciones políticas, económicas y sociales del pueblo mexicano.Al triunfo de la Revolución mexicana, primer movimiento social del siglo XX, la nación se fija nuevos objetivos que al tiempo que consolidan los anhelos democráticos de la sociedad favorecen el logro de mejores niveles de vida y de trabajo para toda la población.

Durante las décadas de los años veinte y los treinta, concluida la lucha armada, México inicia la creación de un marco jurídico e institucional que habría de dar cauce al desarrollo nacional en un clima de progreso y estabilidad social que alcanzó más de cuatro decenios.

En este tiempo México pasó de una población de 20 a 75 millones y mantuvo una tasa de crecimiento de la economía superior al 6% anual en promedio. Hoy es la undécima nación del mundo por su población, su capacidad productiva ocupa el noveno lugar mundial (excluyendo a los países socialistas europeos), sus recursos naturales son abundantes y diversificados, cuenta con la cuarta reserva mundial de hidrocarburos y es uno de los principales productores de metales ferrosos y no ferrosos, tiene una agricultura diversificada y su industria es mayor que la de algunos países europeos como Suecia, Bélgica, Dinamarca y Noruega, o de países en desarrollo como Corea del Sur e India; además, la extensa y moderna infraestructura de transportes, servicios turísticos y comerciales compite con las mejores del mundo.

En el aspecto social, el progreso alcanzado en el área de salud pública, llevó a que se tuviera uno de los mayores crecimientos demográficos del mundo. Sin embargo, mediante la promoción de la planificación familiar se logró reducir la tasa anual de aumento poblacional de un promedio del 3,2% anual durante la década 1970-1980 a un 2,4% para 1984. A pesar de ese incremento demográfico en el decenio pasado, el número de personas con acceso a la educación superior y capacitación se triplicó, más del 70% de las viviendas cuenta con servicios de agua y energía eléctrica, se ha reducido el índice de analfabetismo del 26% al 17% y se ha garantizado el acceso de todos los niños a la educación primaria.

Es preciso recordar, sin embargo, que todo proceso social es dialéctico en la medida que resuelve problemas y genera otros nuevos. Así, hoy se padece una gran concentración económica -regional, sectorial y del ingreso-, todavía persisten desigualdades sociales extremas y se ha tenido que sufrir una crisis económica derivada de problemas estructurales y coyunturales internos y externos. Las desfavorables condiciones de la economía mundial, que se agudizaron hace casi cuatro años, se vinieron gestando desde principios de, la década pasada, como consecuencia de un sistema económico que ya no responde a los intereses y expectativas del desarrollo de todos los países del orbe. Al empezar a disminuir las tasas de crecimiento y acentuarse la inflación y el desempleo, el comercio y el sistema financiero se distorsionaron y se evidenciaron inestabilidad política y tensiones sociales en muchos países. Surgieron medidas proteccionistas, guerras de precios y mercados, así como alzas en las tasas de interés, entre otros fenómenos, que perjudicaron mayormente a los países en desarrollo.

Estructura débil

México no escapó a esa situación. A mediados de 1981 vio reducir drásticamente la demanda y cotización internacional de los hidrocarburos, así como de las principales materias primas de exportación, en tanto se complicaba el problema de la deuda externa a corto plazo. La economía mexicana no tenía la estructura necesaria para resistir los impactos externos. El fuerte énfasis dado al crecimiento industrial interno no fue acompañado por una modernización de la intermediación comercial ni por aumentos en la productividad agrícola. El financiamiento interno fue insuficiente para enfrentar los requerimientos del país, tanto del sector privado como aquellos que se reflejaban en incrementos del gasto e inversiones públicas. Un tipo de cambio sobrevaluado inhibió la integración y competitividad industrial y generó altos incentivos para la exportación de capitales y las compras en el exterior. Por algún tiempo los altos precios del petróleo y las facilidades para conseguir financiamiento externo permitieron sobrellevar esos problemas, pero cuando cayeron las cotizaciones de los hidrocarburos las expectativas cambiaron, los desequilibrios internos se hicieron más patentes y comenzó una serie de reacciones que acentuaron la crisis.

Economía muy deteriorada

Para finales de 1982 la base económica estaba muy deteriorada, el desempleo se había incrementado, la producción en muchos sectores estaba detenida o en tranco descenso, se experimentaba un proceso acelerado de incremento de precios que de no frenarse desembocaría en hiperinflación, el ingreso nacional se había contraído y no se captaba el ahorro de los mexicanos, el sector público registraba un déficit desmedido, la deuda externa había crecido desproporcionadamente, los ingresos petroleros se habían estancado y se daba una aguda escasez de divísas. Ésa era a grandes rasgos la situación nacional e internacional que enmarcó el inicio de la Administración del presidente De la Madrid (1 de diciembre de 1982). Por ello el Gobierno diseñó una estrategia para manejar al mismo tiempo los problemas inmediatos y los que habrían de permitir sentar las bases de un desarrollo más firme, justo y equitativo en el mediano y largo plazos.

En su discurso de toma de posesión como presidente de la República, Miguel de la Madrid propuso a la nación la puesta en marcha de un programa inmediato de reordenación económica para combatir la inflación, la inestabilidad cambiaría y la escasez de divisas, así como proteger el empleo y la planta productiva. En esta misma fecha delineó tres reformas fundamentales que en materia económica llevaría a cabo el Gobierno a fin de crear las condiciones adecuadas para tener acceso al cambio cualitativo que durante la campaña electoral de 1982 la sociedad mexicana le había demandado. La primera se refiere a la conducción estatal del desarrollo; la segunda, a las formas de organización y producción en el campo, en tanto que la última implica un cambio estructural en el proceso de industrialización del país.

La política económica adoptada ha permitido en la actualidad una corrección sustancial de los desequilibrios más graves y ha hecho posible asumir un control cada vez mayor sobre la marcha de la economía, aun cuando hay rezagos que no se han podido superar. El comportamiento y evolución de los indicadores básicos muestran una ligera recuperación en los niveles de la actividad productiva y el empleo, continúa el saneamiento de las finanzas públicas, mejora el sector externo y se restablece el prestigio crediticio del país, la deuda externa se reestructura a plazos más amplios y se reconstituyen las reservas, de divisas.

Lucha contra la inflación

En el combate a la inflación, máxima prioridad de la, estrategia, se ha progresado. Es cierto que no se ha evitado el alza de precios, pero ésta es menor que antes. Muchos de los logros cuantitativos son todavía insatisfactorios, pero no lo son tanto si se los ubican en las circunstancias que prevalecían hace dos años o se los compara en el nivel internacional. Se padecen todavía males económicos y sociales que afectan a muchos mexicanos, existen desequilibrios en los sistemas productivo y distributivo, la insuficiencia del ahorro interno sigue siendo una gran limitante y se acentúan inequidades en la distribución de los beneficios del progreso. Todo ello se ha visto influido por las condiciones internacionales que amenazan la recuperación económica mundial. Las altas tasas reales de interés ejercen gran presión sobre las naciones y empresas endeudadas. El uso de medidas proteccionistas por parte de los países industrializados reduce la entrada de las exportaciones de los países en desarrollo y entorpece, por tanto, sus programas de ajuste interno.

El escaso dinamismo de los flujos financieros limita las posibilidades de crecimiento del aparato productivo de nuestras economías y amplía las dificultades para cumplir con el servicio de la deuda externa. En esas condiciones hay cada día un mayor consenso internacional de que las decisiones unilaterales de países industrializados, que no toman en cuenta las posibilidades reales de saneamiento económico de las naciones en desarrollo, son contraproducentes. Los costes son demasiado altos para ser absorbidos sólo por una de las partes; así, por ejemplo, mayores retrasos en la recuperación de América Latina y Europa llevarían a un estancamiento económico global.

México tiene la convicción, también cada vez más generalizada en el mundo, que para superar la crisis internacional es necesario replantear el esquema actual de las relaciones económicas del orbe, transformándolo en una estructura más cooperativa en la que las políticas económicas nacionales sean consistentes con la necesidad global de aumentar el comercio internacional y reducir las tasas de interés. Así lo ha planteado en los diversos foros internacionales. En particular, México reconoce la dificultad y gravedad de los problemas internos. Frente a las enormes necesidades sociales y las adversas condiciones económicas internas y externas, los valores en torno a los cuales se ha generado y preservado el consenso de los mexicanos nos ayudan a reafirmar las decisiones que se están tomando en este mundo incierto.

La tarea es compleja y está llena de obstáculos, pero los avances logrados en los últimos dos años permiten asegurar que el país retomara su,capacidad de crecimiento y está en mejores posibilidades de enfrentar los retos que se le plantean. Con la certeza de haber escogido el camino correcto, el presente y el futuro exigen perseverar en el esfuerzo, a fin de llevar hasta sus últimas consecuencias las reformas estructurales que el país se ha fijado y favorecer una mejor inserción de México en el concierto mundial de naciones.

es secretario de Hacienda y Crédito Público de México.

DR. MIGUEL LUIS ANAYA MORA Y SU PUNTO DE VISTA

http://www.intelegis.com.mx/PDFs/0801/200801-situacionPerspectivas.pdf

Dr. MIGUEL LUIS
ANAYA MORA
Economía
Dr. en Finanzas por la Escuela de
Economía y Negocios de la Atlantic
International University.
Asesor en Finanzas de diversas
instituciones públicas y privadas.
Actualmente Asesor del Director de
Finanzas de la CFE

SITUACION ACTUAL ECONOMICA

El economista Joseph Stiglitz (premio Nóbel del 2001), afirma que después de más de una década de la implantación de políticas neoliberales en América Latina se ha demostrado que el modelo fracasó en una de sus tesis principales: generar un mayor crecimiento económico, pero los que sí han resultado beneficiados son, para variar, los más ricos. Los países de esta región, en mayor o menor medida, han adoptado lo que dictan el Fondo Monetario Internacional y Washington, que son -entre otras cositas- la liberalización comercial, la liberalización de los mercados (incluido el de capitales), la privatización y la disciplina fiscal.

El caso más crítico de lo anterior es el que nos ofrece Argentina, que curiosamente es el país que más ha seguido al pie de la letra "las recomendaciones" citadas. El eje prioritario del experimento argentino fue el de la conversión uno a uno con el dólar, pero esta paridad sólo es sostenible si la productividad de la economía argentina crece a la par que la de Estados Unidos y de la del resto de los países desarrollados. Como era de esperarse esto no podía ocurrir y sus exportaciones cayeron estrepitosamente, arrastrando la caída del flujo monetario, lo que ocasionó una parálisis casi total de la economía y aumentando, por si fuera poco, su deuda externa. Asimismo, se incrementaron las ya altas tasas de impuestos, colapsando los ingresos fiscales y ocasionando una fuga de capitales muy importante que se dirigió hacia Brasil y México, principalmente.

Un aspecto clave que hay que resaltar es que Argentina se deshizo de sus empresas públicas y ahora resulta verdaderamente imposible que pueda hacer frente a la crisis, ya que sus ingresos son mucho menores a sus compromisos internos y externos, como es el pago del servicio de la deuda.

La pregunta que ha surgido en los últimos tiempos es si la economía mexicana puede presentar una situación como la que vive Argentina. El Secretario de Hacienda, Gil Díaz, asegura que por falta de una disciplina fiscal y control de la administración fiscal esto puede suceder, pero para que esto sea posible se requiere la coexistencia de muchos factores económicos, como el tipo de cambio, la ausencia de activos públicos y la deuda.

El tipo de cambio en México no es fijo y no está a la par del dólar, por lo que el control de la inflación en nuestro país puede llevarse a cabo precisamente por esta flexibilidad. Todavía nos quedan importantes activos sin privatizar como son los referidos a PEMEX y la electricidad. Respecto a la deuda pública, su monto y distribución aquí es financiable a diferencia del país sureño.

Lo anterior no indica que la situación económica de México esté libre de contagio de la de Argentina o Brasil, ni tampoco que podamos lograr crecimientos sostenidos del producto interno bruto (PIB) o mantener la estabilidad macroeconómica; pero las afirmaciones de Gil Díaz apuntan a que se está presionando para que se lleve a cabo una verdadera reforma fiscal integral, que todos sabemos es necesaria, debido a que nuestro sistema tributario tiene una de las más bajas capacidades recaudatorias del mundo.

Es importante que para disminuir la vulnerabilidad de la economía mexicana debe existir una mejor relación entre los poderes Ejecutivo y Legislativo, incrementándose así, tanto la confianza interna, como externa de los inversionistas y de la población en su conjunto.

Pronósticos económicos

Estoy completamente de acuerdo con otros economistas en que el desarrollo del mercado interno es prioritario para que exista crecimiento en nuestro país, pero lo importante no es lograr sólo que crezca la economía, sino que este crecimiento sea sostenido, y para que esto sea posible se deben llevar a cabo, además, diversas reformas en materia laboral, fiscal y energética. Cabe aclarar que estas reformas no deben tender hacia disminuir las prestaciones laborales, incrementar los impuestos hacia la clase media, ni tampoco privatizar lo único que nos queda.

El Programa Nacional del Financiamiento del Desarrollo (Pronafide 2001-2006) cambia la estrategia para lograr el crecimiento económico basado en las exportaciones y la inversión extranjera por el de la promoción hacia el desarrollo del mercado interno. Aquí se destaca que podríamos ver el prometido 7% del PIB para el 2006, pero sólo si llevamos a cabo las reformas estructurales pendientes.

De acuerdo a expertos en modelos econométricos como son los doctores en economía Manuel Cutiño y Manuel Díaz y a otros especialistas como Consultores Internacionales, nuestro producto interno registró un crecimiento positivo de 2.4% en el segundo trimestre del 2002, iniciándose con esto la recuperación económica de México, que se espera sea observable a fines del tercer trimestre. La industria manufacturera ha iniciado su recuperación, pero no así la industria maquiladora de exportación, mostrando incluso retrocesos en los últimos meses. Se calcula que el PIB para todo el presente año llegue a un crecimiento entre el 1 y el 2 por ciento.

Para el año 2003, México podría llegar a crecer entre un 3 y un 3.7% con una tasa de inflación del 4% y con un tipo de cambio apenas por arriba de $10 por dólar, generando apenas en todo el año menos de 500,000 empleos.

Las cifras para estos dos años nos indican que aunque todo señala que la recesión ha terminado, y que si la población mexicana sigue creciendo a una tasa del 3% anual, requiriéndose de más de un millón de empleos al año, aunado a que existe una gran dependencia comercial con nuestros vecinos norteamericanos, es probable que siga aquí el estancamiento y en mayor medida debido a causas propias que a efectos externos.

Alan Greenspan, presidente de la Reserva Federal, a pesar de todo, y especialmente por la incertidumbre que prevalece, ofreció un pronóstico muy favorable para el desempeño de la economía norteamericana, con un crecimiento que oscila entre el 3.5 por ciento a 3.75 para este año y entre 3.5 y 4 por ciento para el 2003. Este escenario es muy optimista y las semanas siguientes serán cruciales para ver si no se deteriora más el entorno financiero. Para México es esencial que dicho crecimiento se presente, ya que de otra forma hasta los escenarios más conservadores sobre la recuperación de nuestra economía van a ser imposibles de alcanzar.

Es posible que la economía mexicana pueda crecer al 7 por ciento anual a finales del 2006 o tal vez un poco antes, pero lo más importante es que este crecimiento sea sostenible y esto sólo se lograría si se incrementa de forma significativa la productividad, la inversión y los ahorros, tanto internos como externos.

Todos estos pronósticos para México dependerán de la evolución de por lo menos siete factores:

1. Debilidad de los mercados externos
2. Inestabilidad financiera internacional
3. Debilidad en el mercado interno
4. Incertidumbre política (elecciones 2003)
5. Debilidad financiera interna (deuda, fobaproa, fobazúcar)
6. Eventos no previstos (11 de septiembre)
7. Crecimiento de la economía informal

FOX EN MEXICO...


Crecimiento del PIB al 7% anual.
Esta promesa imagino que no fue debidamente analizada por sus asesores. México ni en sus mejores épocas de los años sesenta, logró crecer a ese ritmo promedio anualizado en un sexenio. En el sexenio de Gustavo Díaz Ordaz, entre 1965 y 1970 el promedio anual de crecimiento fue del 6.8 % . Resulta extraño que ya en el mismo año 2000 en que la economía norteamericana comenzaba a declinar y sabiendo que a raíz del TLC la economía de México dependía mucho de ello, se haya prometido un crecimiento tan alto.

Esta cifra resulta exageradamente alta aún bajo la premisa de un crecimiento del 7% anual, pues se estimaba entonces que por cada punto porcentual de crecimiento se podrían generar del orden de 100,000 empleos por año. Lo anterior significaría que bajo dicha suposición, la generación de empleos habría sido alrededor de 700,000 por año. Por lo tanto otra vez se muestra falta de congruencia o exagerado optimismo al prometerla.

Recuerdo bien el momento en que escuché a través del televisor la buena nueva de que Vicente Fox (entonces candidato) terminaría para siempre con el impuesto anual de la Tenencia de Automóviles y que además el ISAN (Impuesto sobre automóviles nuevos) sería reducido, mas no podía recordar la fecha en que lo se dio tan importante noticia.

  • Otras observaciones:
    Desde mi punto de vista personal otras de las fallas del Gobierno de Vicente Fox fueron:

    1. Falta de austeridad en el gasto; los sueldos y prestaciones de funcionarios públicos, debieron ser establecidos y regulados desde el principio a niveles razonables, de acuerdo con las posibilidades económicas de este país. El mal ejemplo del gobierno federal, se ha reflejado en los excesos de gobiernos estatales y municipales.

    2. No haber determinado con claridad y desde el principio, el rol de la Primera Dama y haber propiciado la posibilidad de su candidatura presidencial.

    3. Haberle dedicado tanto esfuerzo al logro de las reformas estructurales y al aumento del IVA en alimentos y medicinas. Por el contrario, mejor habría sido impulsar el desarrollo de la economía interna, fundamentalmente me refiero al Turismo y ligado íntimamente con ello, la lucha frontal contra la inseguridad.

    4. La falta de discreción y prudencia que privó durante su sexenio, pero fundamentalmente durante la campaña electoral, que también, por desgracia, fue promovida desde el año 2004, con las graves consecuencias que nos ha tocado vivir en el segundo semestre de 2006.

PERCEPCION DE LOS ACIERTOS DEL GOBIERNO DE VICENTE FOX.
Nuevamente aclaro que lo siguiente que habrán de leer es la simple percepciónpersonal de un ciudadano, muchos podrán coincidir conmigo, muchos otros podrán estar en desacuerdo, pero también a algunos otros los hará reflexionar. Es evidente que como ha dicho Fox, este país ha cambiado, para los muy jóvenes no es fácil apreciarlo, pero los que hemos recorrido más de medio siglo de historia mexicana,apenas hoy hemos podido apreciar en todo su verdadero significado, lo que es la verdadera Democracia.

  • Control de la Inflación.
    Pienso y afirmo que el mayor éxito económico del gobierno actual, fue el excelente resultado obtenido en su lucha contra la Inflación. Aunque para muchos no resulte del todo evidente, ha sido el mayor aporte al bienestar de la población nacional en este sexenio.
    De una u otra forma todos hemos logrado percibirlo en los precios de los artículos que consumimos, en su mayoría han mantenido precios estables y que en algunos casos incluso han bajado. Eso ni en sueños era posible en sexenios anteriores.
    Los que siguen son hechos, que se pueden corroborar en la Super Tabla y en 60 Años de la Economía Mexicana:
    Desde 1968 no se había logrado una inflación anual de 3.3%, que fue la cifra final del año 2005.
    El promedio sexenal anualizado de la Inflación logrado por Fox, fue de 4.45%. Niveles menores solo se lograron en los sexenios de López Mateos y Díaz Ordaz en los años 60.
    Desde 1935, en que se iniciaron los períodos sexenales y salvo los de López Mateos y Díaz Ordaz, ningún otro presidente logró mantener la inflación de un dígito en todos los años de su mandato, como lo hizo Vicente Fox.
    ¡Un gran logro sexenal!

  • Libre flotación del Tipo de Cambio Peso/Dólar
    Este es otro gran logro sexenal, pero a la vez histórico. Puedo afirmar que es la primera vez que el tipo de cambio se mantiene en libre flotación durante todo un sexenio, aún retrocediendo hasta 1935 en que iniciaron los períodos sexenales, pues incluso en los sexenios de López Mateos, Díaz Ordaz y Ávila Camacho que mantuvieron el tipo de cambio fijo y sin cambio en todo su sexenio, el control de la paridad se fijaba como premisa sexenal.
    Hace años cuando mi hermana que vive en Londres, me decía que iba a esperar a que bajara la libra esterlina para cambiar sus dólares, asombrado le preguntaba ¿bajar la libra? No lo podía creer, cuando aquí desde que nací, nunca pude ver que el tipo de cambio peso dólar se ajustara a la baja. ¡Una vez que subía ... jamás bajaría!
    Pues eso es lo que hoy sucede en México ... el tipo de cambio se ajusta a la alza y a la baja ¡y a nadie le importa! ¿Cual es la razón fundamental? que la inflación está controlada.

  • Disminución de la Deuda Pública Exterior
    Este es otro logro de la administración del gobierno de Vicente Fox, la Deuda Externa pública neta del gobierno federal pasó de 70,000 millones de dólares en el año 2000 a 49,900 millones de dólares para fines del 2006, es decir hablamos de una importante reducción de la Deuda Externa Pública. Desde1942 en que se firmaron los acuerdos Suárez-Lamont, la deuda externa subió y subió sexenio tras sexenio, excepto en los dos últimos, el de Ernesto Zedillo y el de Vicente Fox.
    El porcentaje de la Deuda Externa Neta con respecto al PIB corriente fue de5.61% para fines de 2006, el más bajo desde 1958. Tan sólo baste recordar que durante el sexenio populista de López Portillo, representó el 90% del PIB.Por otra parte el valor de las Reservas Internacionales es suficiente para cubrir la totalidad de la Deuda Externa Pública.

  • Control del Déficit Público
    Este siempre ha sido un anhelo de todos los gobiernos en funciones, excepto los de corte populista, pero no es fácil de lograr. Durante el año 2005, el gobierno de Fox obtuvo un buen resultado reduciendo el déficit fiscal a 0.09% del PIB. Las cifras de 2006, resultaron aún mejores reportando un Superavit Fiscal de 0.11%. El promedio anual del sexenio fue un Déficit Fiscal de 0.4% del PIB.

  • Incremento de las Reservas Internacionales
    Al final de muchos sexenios anteriores, Echeverría 1976, López Portillo 1982 y Salinas 1994, las arcas nacionales quedaron en la ruina y prácticamentevacías. Al final de este sexenio y por el contrario de los mencionados, las Reservas Internacionales se mantuvieron en un nivel de 67,600 millones de dólares, las más altas de la historia del Banco de México para un fin de sexenio, aún haciendo los ajustes por inflación del dólar.
    El ascenso de las Reservas entre 2000 y 2006 fue de más de 90.19%, o sea un promedio anual de crecimiento del 11.31%

  • Incremento del Gasto en Desarrollo Social
    Aunque las cifras del Gasto en Desarrollo Social son más precisas a partir de 1990, un repaso de los porcentajes sexenales desde 1935, reflejan que el sexenio de Vicente Fox, promedió el porcentaje más alto en Gasto de Desarrollo Social, calculado como porcentaje del Gasto Programable. Dicho porcentaje promedio anual se ubicó en 61.5% para fines de 2006.
    La peor crisis económica de la historia mexicana, que se dio a fines 1994 y principios de 1995, véase La Ruta de la Crisis, provocó pérdidas catastróficas en todos los niveles, pero su peor efecto se reflejó en el incremento de
    la pobreza extrema, que pasó de 21 por ciento de la población en 1994 a 37 por ciento en 1996. Uno de los más sonados triunfos del gobierno de Fox, fue el reconocimiento tácito del Banco Mundial en cuanto a que los programas sociales que se aplican en México, han permitido disminuir el porcentaje de la pobreza extrema en 17 puntos porcentuales. Sin embargo esta reducción apenas es 1% menor del porcentaje que teníamos en 1994, antes de la crisis provocada por Salinas de Gortari

  • Construcción record de Vivienda Popular
    El gobierno de Vicente Fox calcula que al final del sexenio se habrán otorgado un total de 3 millones de créditos para la construcción de vivienda popular, lo cual representa una cifra record. Tan sólo en el año 2004 se otorgaron un total de 575,000 créditos, de los cuales 325,000 fueron del ISSSTE. Una de las transformaciones radicales, ha sido la forma en que las familias tienen acceso a los créditos, sin tantos trámites e intervencionismo de terceros.

  • Transparencia y Acceso a la Información
    El Instituto Federal de Transparencia y Acceso a la Información, es una de las más importantes aportaciones del gobierno del presidente Fox, mediante el cual se establecen y garantizan los procedimientos para que más de 256 dependencias y entidades de gobierno federal, tengan la obligación de atender las solicitudes ciudadanas de información y además mantenerla actualizada y completa en los portales de internet de cada una de ellas. Este es otro de los grandes avances de la democracia mexicana. Tan solo baste recordar de que manera se ocultaba la información económica, al grado de que un dato como las Reservas Internacionales del Banco de México, solamente podíamos conocerlo de manera indirecta 3 veces al año, en el Informe Presidencial, en la Convención Bancaria y en el Informe Anual de Banxico. Hoy es posible consultarlo a cualquier hora y con actualizaciones mensuales.

  • Apertura Democrática, División de los Poderes.
    Independientemente de todo lo arriba descrito, es mi opinión que lo más valioso del sexenio de Vicente Fox, ha sido su total apertura democrática.
    Hablar de democracia de los 11 sexenios de PRI que muchos tuvimos que vivir, resultaría un absurdo; pero si podríamos hablar al menos de la semi democracia. ¿Que era la semi democracia?, bueno al menos la opción que teníamos todos los ciudadanos de libre tránsito, libre decisión en las profesiones, en el trabajo, en los negocios; libre opción de compra de bienes y servicios y en general el derecho a expresarse, asociarse y opinar... mientras no fueras en contra del gobierno.
    Muchos todavía no creen que este país ha cambiado, pero este simple escrito que presento ahora, no sería factible divulgarlo entonces. Había muchos límites, no se podía hacer propaganda política por radio y televisión, las noticias en dichos medios tenían que cumplir con la autocensura, so pena de castigar a los comunicadores o quitar la concesión de la emisora. Los periódicos que eran los más dispuestos a la crítica gubernamental, estaban expuestos al cierre mediante las limitaciones en el suministro de papel, que era un monopolio del estado.
    Pero hay algo más, hablar mal del presidente en turno estaba completamente vedado y se castigaba de las más diversas formas, que más vale no tener que recordar. Hoy por el contrario Vicente Fox nos ha enseñado, que se puede llevar la investidura presidencial y seguir siendo un hombre común y corriente, que como todos tiene aciertos y que comete errores.
    Hoy no solamente se habla mal del presidente en público, se le critica, se le satiriza, aparece en las caricaturas más ridículas imaginables, se le imita a él y a su esposa y se transmiten los programas en red nacional. Es mi sentir personal que a veces se exceden y se pierde el buen gusto y el respeto a la investidura presidencial, sin embargo Fox continúa sonriente y jamás ha ejercido el exagerado poder que tuvieron sus antecesores. ¡Vaya que si hemos cambiando!
    Pero hay muchas cosas más, se ha permitido que el Congreso plural pueda ejercer su poder tal como lo fijan nuestras leyes constitucionales y el presidente ha tenido que aceptar sus decisiones. De igual manera, por primera vez en mi vida he podido ver a la Suprema Corte de Justicia tomando decisiones autónomas que exigen el respeto de la ley y que se cumpla.
    Hoy se generan, gracias a la gran libertad de expresión que tenemos, una enorme cantidad de informaciones y noticias, de las cuales muchas de ellas son contradictorias entre si. Así es la libertad de expresión y tenemos que acostumbrarnos a ello, ya no hay versiones oficiales como antes, que nos veíamos obligados a creer, pero creo que también y por lo mismo, ahora es más importante analizar y comprobar los contenidos de la información que nos entregan antes de darla por cierta.
    Aquí he tratado de presentar un conjunto de datos apoyados con cifras oficiales, que nos muestran las luces y las sombras de Vicente Fox. Como ser humano resulta razonable que en su sexenio tengamos una mezcla de aciertos y de fallas, pero aún así y tan solo por el hecho de habernos permitido conocer de que manera se debe ejercer la verdadera democracia, siento que el cambio habrá valido la pena.



EFECTOS DE LA CRISIS SALINAS-ZEDILLO



Los Efectos:
La crisis de1994 reflejó sus efectos en el año de 1995, acarreando multitud de problemas para la mayoría de los mexicanos y de manera principal a todos los que de alguna forma se habían endeudado previamente.
En este sitio se publicó un escrito realizado por quien esto escribe, para alertar y aconsejar a sus hijos y algunos familiares, sobre los efectos por venir de aquella terrible crisis, que para muchos es la peor de todas las que hayamos vivido.
Antes de comenzar a reseñar los efectos, es bueno leer con cuidado el artículo "Cada Quien su Crisis" en este mismo sitio y de igual manera recorrer La Ruta de la Crisis de 1995, una cronología de acontecimientos recién concluida, que también se publica aquí.


Informe

En relación con el primer objetivo, durante 1995 se liquidó deuda de corto plazo denominada en moneda extranjera (Tesobonos) por un total cercano a 29,000 millones de dólares (99.1 por ciento del saldo que existía en diciembre de 1994), de los cuales aproximadamente dos terceras partes se amortizaron en dólares. Los recursos con los que se efectuaron estos últimos pagos provinieron del Paquete Financiero por más de 50,000 millones de dólares que la Secretaría de Hacienda y Crédito Público logró formar mediante el apoyo oportuno de organismos financieros internacionales, el gobierno de los Estados Unidos, el Banco de Canadá y el Banco de Pagos Internacionales. De dichopaquete se utilizaron únicamente 27,159 millones de dólaresen 1995, mediante créditos a mediano y largo plazo.
Asimismo, uno de los objetivos más importantes de las autoridades para evitar mayores trastornos en la economía, era recuperar el acceso a los mercados internacionales de capital, lo que se consiguió gradualmente desde el segundo trimestre de 1995. Este lapso resulta corto si se le compara con lo sucedido durante la crisis que se inició en 1982, cuando México tardó casi siete años en retornar a los mercados aludidos.